Asistentes Virtuales Inteligentes: el conocimiento humano en los ordenadores

Hace unos días estuvimos leyendo con interés un artículo publicado en el New York Times que explicaba en que se fundamenta la aplicación de IBM, Watson.  Para aquellos de vosotros que no sepáis quién o qué es Watson; Watson es un programa de ordenador inteligente alojado en una supercomputadora de IBM que responde a cualquier pregunta que le quieras hacer analizando la información disponible en internet y razonando sobre ella. Lo interesante es que para probar la potencia de Watson lo pusieron a concursar contra humanos en una simulación del famoso programa de preguntas y respuestas estadounidense Jeopardy!… y ganó.

Las aplicaciones de este tipo de tecnología son innumerables. Cada vez estamos más acostumbrados a ser atendidos por asistentes virtuales inteligentes que hacen las veces de guías,vendedores o banqueros que responden a nuestras preguntas como si fueran una persona.

El comportamiento inteligente que exhiben estos programas se ha perseguido desde los inicios de la Inteligencia Artificial como campo de la Ciencia. Ya en 1950 el mítico Alan Turing propuso el llamado Test de Turing como método para determinar la inteligencia de una máquina. La prueba de Turing consiste en separar a un programa de ordenador y a una persona en dos habitaciones separadas distintas y a hacerles hablar a través de un terminal, mediante preguntas y respuestas.Una tercera persona que actúa de Juez, sin poder ver a ninguno de los otros dos participantes, puede leer las conversaciones de ambos. Si el Juez no es capaz de distinguir quién es la persona y quién es la máquina la prueba se considera superadaSe dice que ELIZA fue el primer programa de ordenador en superar este test a mitad de los años 60. ELIZA era una especie de psicoterapeuta tramposa  que no tenía ningún conocimiento real efectivo pero que utilizaba transformaciones en la estructura gramatical del lenguaje y otros trucos para responder al interlocutor humano con nuevas preguntas. Lo curioso es que muchos humanos eran incapaces de saber que al otro lado del ordenador no había una persona.

Óscar García Pérez Director de Innovación de IActive