La comparación entre nube y sistemas locales abre un debate sobre la protección de datos

A medida que el mundo avanza hacia una digitalización generalizada, con prácticamente todos los procesos económicos, políticos y sociales integrándose con sistemas virtuales, la protección de datos se posiciona al frente de las prioridades de empresas, gobiernos e individuos.

Protección de datos

Sin embargo, las alternativas de almacenamiento estarían evolucionando tan rápido, que actualmente nos enfrentamos a un debate sobre cuál es la mejor opción: almacenamiento en la nube o almacenamiento físico.

Se trata de un punto de conversación importante debido a que cada paradigma cuenta con ventajas y desventajas, pero estas no aplican de igual manera a todos los actores de la sociedad, sino que dependen de una serie de factores importantes, yendo desde el presupuesto y el know how tecnológico, hasta el tipo de datos a transferir y su “valor” en la cadena de suministros.

La nube vs almacenamiento local

Cuando hablamos del almacenamiento en la nube hacemos referencia principalmente a sistemas de almacenamiento digitales donde los datos se “guardan” en servidores online provistos por empresas externas como, por ejemplo Google.

Al usar estos servicios, disponemos de un espacio limitado para almacenar información sin comprometer el espacio de almacenamiento de nuestros dispositivos físicos (hardware).

Por el contrario, el almacenamiento local es aquel que depende de un espacio de disco físico, como puede serlo una unidad de disco duro (HDD), una unidad de estado sólido (SSD), un pendrive, entre otras alternativas similares.

No será necesaria una inversión constante, sino simplemente un pago inicial para la compra del hardware.

Protección de datos

Si bien cada alternativa parece tener un objetivo particular (como en efecto ocurre), en la última década hemos visto un incremento significativo en el número de inversiones millonarias dedicadas a la creación de centros de almacenamiento en la nube, con la demanda por parte de las empresas aumentando a la par. Pero, ¿es siempre la mejor opción?

Para muchos líderes empresariales, especialmente aquellos enfocados en la modernización de procesos, el almacenamiento en la nube parece la única opción, sin embargo, la realidad es que no existe una solución a la medida de todos. Algunos se beneficiarán del almacenamiento en la nube, y otros tendrán un manejo de datos más seguro al hacerlo mediante hardware.

Al mismo tiempo, la expansión del mercado del almacenamiento en la nube trae consigo dilemas éticos y morales, incluido un mayor riesgo de ciberataques, la limitada jurisdicción que tienen los propietarios sobre el acceso a su propia información, e incluso el impacto ambiental cada vez mayor generado por estos centros de datos.

Mientras que una empresa puede proteger sus instalaciones mediante un centro de videovigilancia equipado con VMS software (gestión de video) y un sistema de control de acceso, cuando se trata de proteger nuestra información “en la nube”, la realidad es que dependemos totalmente del proveedor.

La opción más segura

Pero, ¿esto significa que el almacenamiento en la nube es inseguro? La realidad es que este será seguro siempre y cuando se tomen las medidas necesarias para mitigar cualquier riesgo que pueda aparecer en el camino.

Sin duda, el primer paso será elegir un proveedor que cuente con los permisos necesarios, así como la reputación para respaldar nuestra decisión.

Siempre existe la posibilidad de ataques que puedan tener un impacto en los centros de datos, sin embargo, las empresas de mayor renombre no solo cuentan con sistemas de respaldo para resguardar la información, sino también con medidas físicas para proteger la integridad misma de los centros de datos.

También es esencial que se implementen protocolos estrictos para que el acceso a la información sea autorizado de forma pertinente, y solo durante el tiempo necesario. Aunque esto puede generar pequeños retrasos al momento de llevar a cabo ciertas actividades, se trata de un paso esencial para asegurar que no existan filtraciones.

Por último, el proceso de migración de datos debe ser llevado de la mano de expertos en la materia para evitar errores que puedan incrementar el riesgo de brechas futuras.