Los informáticos, la informática y los productos que la usan.

Hace algunos años, representaba un producto que estaba enfocado al desarrollo y seguimiento de campañas de marketing.
Dicho producto era bastante complejo y requería profundos conocimientos del tema.
En una visita concertada telefónicamente con una secretaria y en la que no sabía quien me atendería, sucedió tal y como me temía.  La primera pregunta antes de pasarme con la persona por la que yo había preguntado al llegar (Director de Marketing) fue algo parecido a…. “¿Y esto es un programa que funciona en un ordenador?”. Ante mi respuesta, que no me dejaron argumentar, me pasaron con el responsable de informática.
Como era de esperar, aquel señor no tenía ni las más remota idea de Marketing. Y la verdad es que no tenia por que tenerla.
Su primera pregunta fue: “¿Y esto funciona en AS-400?”. Ya no hizo falta nada mas para entender que de aquella visita no iba a sacar nada positivo.  Me sentí como si estuviera intentando vender una maquina para fabricar microchips y me hubieran asignado como interlocutor al electricista de la empresa por el mero hecho de que lo que yo ofrecía funcionaba con corriente eléctrica.
Hoy, después de haber pasado mucho tiempo, la cosa no ha mejorado mucho. La confusión entre la informática y los productos que la usan sigue plenamente vigente para muchas empresas.
Refiriéndonos a las empresas, la informática no debe ser nunca un objetivo en si misma, si no una herramienta al servicio de la obtención de objetivos concretos. Los informáticos son técnicos en informática y, frecuentemente, no saben ni tienen porqué saber nada mas.

Cuando se otorga a los informáticos protagonismo en los temas que no dominan, los resultados acaban siendo pobres desde el punto de vista del negocio. A veces se ven obligados a intervenir en contra de sus deseos. Son usados como pantalla con la que el verdadero interesado se refugia de una “visita inoportuna” sin saber lo que puede estar perdiendo con esto su empresa. En otros casos se trata de protegerse frente a “elementos peligrosos” para su puesto de trabajo. “¿Qué me van a enseñar estos a mi  que soy un profesional del tema?”

En otras empresas, es el informático el que se esta protegiendo. Posiblemente por falta de seguridad, temen y por tanto bloquean, toda entrada en la empresa de productos que no entienden o que no están seguros de poder controlar. Tienen un protagonismo erróneo que no están dispuestos a perder.
Si algunos directivos o dueños de empresas supieran lo que por una u otra razón han perdido en su capacidad competitiva, se echarían las manos a la cabeza. Algunos han tenido la suerte de poder ver ciertas herramientas o productos en alguna empresa parecida a la suya y han preguntado al responsable de informática “porque ellos no tenían eso”. Mal asunto.
Cuando un directivo pregunta “porque nosotros no tenemos esto” de alguna u otra manera esta poniendo en duda la capacidad del informático.
Cuando empezaron aparecer los primeros ordenadores, los informáticos eran casi dioses. Hoy, desgraciadamente, no se les da la importancia que se les debería dar. Porque la tienen y mucha. En la mayoría de empresas no consideran al responsable de informática como otro factor mas, clave en el negocio. Y lo es. No me atrevo a decir si mas, pero al menos tan importante como todos los jefes de las distintas áreas de la empresa. Y la empresa que no lo vea así, tiene un problema por mas que no sean conscientes de ello.
Si es por que no lo dejan, deberían dejarlo. Y si es por que no quiere, deberían convencerlo de ello.
Desde siempre he creído que las empresas deberían hacer dos cosas que no son difíciles de realizar y que les tienen que reportar beneficios en su gestión.
La primera es coger como compromiso una reunión periódica de todos los departamentos con el responsable de informática. No importa con que frecuencia se haga. Si no se ha hecho nunca será una gran mejora.
En esta reunión se debería establecer un diálogo con el objetivo de saber lo que los departamentos creen que pueden necesitar para mejorar su gestión. Indiferentemente de que si lo que piden existe o no y de si es mas o menos difícil conseguirlo. El responsable de informática debe ser el que se encargue de responder los requerimientos en esa misma reunión o cuando disponga de la información necesaria.
Y precisamente en este sentido  esta enfocada mi segunda propuesta. El responsable de informática debería reservar algunas horas al mes para dedicarlas a recibir a representantes de empresas que estén comercializando algún producto que, de antemano, pueda parecer interesante. Y para seleccionar a quien recibe, debería dedicar otra parte de su tiempo a informarse de la manera que le parezca mejor. Ya se que la respuesta mas normal es “No dispongo de tiempo para eso”. Seguro que es así. Pero si no hay tiempo habría que buscarlo. Puede ser el tiempo más rentable para el Director de Informática y para la empresa en la que trabaja.                                                                                                                                                     
Pero tiene que quedar muy claro que el informático no tiene que profundizar en las herramientas que encuentra en el mercado y que cree que pueden ser útiles a su organización. No puede ser mas que un puente entre el producto y la persona o personas que lo utilizarían en el caso de adquirirlo. Y esto solo hasta que llegue el día en que sean los diferentes responsables de cada área de la empresa los que busquen directamente. Cuando esto suceda la figura del informático pasara a ser de integrador de lo que se adquiere con lo que ya se tiene.
Hasta que esto o algo parecido se realice en las empresas, la informática no dejara de ser para ellas un enorme potencial mal aprovechado.
Para terminar y como ejemplo, explico una experiencia totalmente diferente de la que describía al comienzo de este escrito. Para ser justo debo aclarar que la empresa a la que me refiero es un importante laboratorio farmacéutico y que dispone de muchas más posibilidades y recursos que las más pequeñas. Pero a diferencia de otras de su tamaño usa dichas posibilidades de forma positiva.
Dicha empresa  tenía una persona dependiendo del Director de Sistemas de Información cuyo único trabajo consistía en estar permanentemente buscando en el mercado productos y herramientas que pudieran mejorar en algún aspecto la gestión de su organización. Cuando localizaba algo en este sentido informaba a su jefe y este convocaba una presentación a la cual invitaba a todas las personas de la empresa que el consideraba que podían beneficiarse de lo que se les iba a enseñar.
Cuando se acababa la presentación, todos los asistentes tenían que llenar un cuestionario dando la opinión de lo que habían visto, puntuando cada uno de ellos en función de los beneficios  que pensaban que les podía reportar disponer de el producto o herramienta. En función de los resultados de la encuesta se compraba o no. En la presentación que me toco hacer a mi estaban presentes no menos de 30 personas.
Es evidente que este sistema puede ser demasiado para muchas empresas. Pero hay que encontrar un término medio entre la experiencia que me toco vivir y que cuento al principio de este artículo y esta ultima.
Las empresas que no hagan alguna cosa en este sentido irán perdiendo cada día mas el tren de la tecnología informática.

 
MicroKnowledge
Jordi Marti
680 692 522

 

Coincido contigo Jordi. Creo que el mayor problema de las empresas con una historia medianamente larga en el sector que sea es la adaptación a los nuevos modelos de trabajo y manejo de información. Un modelo que ha funcionado durante muchos años y que ha sido productivo siempre no tiene porque serlo ahora y eso es algo que muchos empresarios o jefes no son capaces de entender. Los informáticos son (somos) una nueva casta, sin un trabajo productivo real (en la mayor parte de los casos) pero con una función muy importante que es adaptar el modelo de negocio a lo que la tecnología nueva puede ofrecer. Es ahí donde se dan los dos casos que comentas, el exceso o la falta de protagonismo de dicha nueva casta. Tan malo es el exceso como el defecto dado el carácter transversal de la materia. No somos un fin, somos un método, pero algunos parecen obviar que somos el método más influyente en la historia del saber y hacer humanos, mucho más que la aparición de la imprenta por poner un ejemplo ya que es, probablemente, el área transversal que más afecta al mundo en general que ha habido nunca. Pero a veces a nosotros se nos olvida que, en realidad, no producimos nada y que carecemos de valor sin un modelo al que aplicar nuestro conocimiento.

 

Saludos.

Leo.