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Gestionar la cadena de suministros en el ecosistema pyme sigue siendo uno de los principales retos a los que se enfrentan este tipo de organizaciones. Más, ahora que tienen que hacer frente, además, al aumento de la demanda de determinados productos/servicios, la eclosión del ecommerce y el cambio de paradigma del nuevo cliente digital, más exigente e informado que nunca.
Isabel Pomar, CEO de Datisa dice que “en términos generales, el uso de la tecnología impacta en positivo sobre todas las áreas del negocio. Pero, ese impacto es particularmente relevante en la gestión del almacén. Se trata de un entorno muy competitivo en el que se trabaja con márgenes muy ajustados. Por eso, es importante que las organizaciones apuesten por la mejora de sus procesos para optimizar la competitividad y diferenciarse en un mercado, como digo, muy atomizado”.
El fabricante español de ERP para pymes ha identificado tres de los principales problemas a los que se enfrentan las empresas que tienen que gestionar un almacén. Y, muestra cómo la influencia del ERP introduce mejoras sustanciales, no solo, al entorno del mismo, sino al conjunto global del negocio.
PROBLEMA 1: DESCOORDINACIÓN INTERDEPARTAMENTAL. Recibir información de cada una de las áreas que conforman el negocio supone uno de los mayores problemas para la gestión del almacén. Esta descentralización en el traspaso de información genera descoordinación, inconsistencia en los datos, errores y pérdida de tiempo. No favorece la inmediatez, ni la transparencia. Y, en términos generales, va en detrimento de la agilidad y la eficiencia. Y, por tanto, de la rentabilidad. SOLUCIÓN: Centralizar la información vía ERP para facilitar la cooperación entre departamentos. Pero, también, la consistencia de los datos y la implementación de un proceso troncal que aporte flexibilidad, transparencia y seguridad.
PROBLEMA 2: WORKFLOWS RÍGIDOS Y ESTÁTICOS. La efectividad de la gestión del almacén se pone de manifiesto ante su capacidad o incapacidad para adaptarse a los cambios de la cadena de suministro. Incluso, a aquellos cambios que se presentan de forma abrupta. Si la respuesta a esos cambios es lenta o no permite la flexibilidad necesaria para adaptarse a los requerimientos de una demanda volátil, todo el negocio está en riesgo. SOLUCIÓN. Un ERP permite, no solo responder de forma reactiva, a situaciones o cambios inesperados. El sistema también implementa procesos más proactivos que buscan las oportunidades de los cambios que puedan surgir. Utilizar un ERP para gestionar la gestión del almacén permite también simular y planificar con antelación flujos de trabajo aptos para diferentes escenarios.
PROBLEMA 3: INVENTARIOS INEXACTOS. El inventario representa aproximadamente la mitad de los activos de cualquier negocio. Si su análisis es erróneo o inexacto, la empresa incurrirá en pérdidas. Es así de sencillo: habrá un operario buscando algo que, en realidad, no existe. Y un cliente haciendo un pedido de algo que la empresa no podrá proporcionar. Al menos, no podrá hacerlo en el tiempo previsto. Las consecuencias: pérdida de confianza, pérdidas de tiempo, pérdidas de clientes, pérdidas económicas, etc. SOLUCIÓN. Un software ERP calculará con exactitud meridiana el inventario de una empresa. Y la ubicación de cada artículo. Pero, además, permitirá identificar otras cuestiones relevantes como: pérdida recurrente de mercancía o su deterioro, qué artículos se venden más/menos, qué artículos tienen ventas estacionales, o cuáles son los que se venden más/menos en determinadas áreas geográficas, etc.
En definitiva, utilizar una plataforma ERP permitirá a las empresas centralizar toda la operativa y la información en una única solución. Mantendrá los costes bajo control, ayudará a prevenir interrupciones potenciales del negocio, y, en general, mejorará las ineficiencias en los procesos de la gestión de almacén. Con todo, la organización conseguirá cumplir e, incluso, superar las expectativas del cliente y, en consecuencia, mejorar la rentabilidad de su negocio.