Juan Antonio Zufiria, presidente de IBM España, ingresa como nuevo académico de la RAI

 

“La tecnología está preparada para ayudarnos a alcanzar un mayor nivel de inteligencia”, ha afirmado el nuevo académico durante el discurso de ingreso 

Juan Antonio Zufiría aboga por la creación de una nueva “Ciencia de los Servicios” que de mejor respuesta formativa a la nueva realidad tecnológica, económica y social

 

Juan Antonio Zufiria, presidente de IBM España, Portugal, Grecia e Israel, ha pronunciado esta tarde su discurso de ingreso en la Real Academia de Ingeniería (RAI). Su intervención ha sido contestada por el académico Javier Jiménez Sendín, que le ha dado la bienvenida en nombre de la RAI. “Muchísimas gracias a la Academia por su confianza. Espero, desde el compromiso, el entusiasmo y el esfuerzo, estar a la altura de lo que este ingreso significa y esta institución merece y espera”, ha señalado el nuevo académico, expresando su satisfacción y agradecimiento por convertirse en miembro de esta prestigiosa institución.

Juan Antonio Zufiría es doctor en Ingeniería Aeronáutica por la Universidad Politécnica de Madrid y doctor en Matemáticas Aplicadas por el Instituto de Tecnología de California. Su carrera profesional ha estado vinculada a IBM desde 1987, año en el que comenzó a trabajar como investigador en el Departamento de Ciencias Matemáticas del Centro de Investigación Thomas Watson de IBM, en Nueva York. Desde entonces, ha ocupado varios puestos profesionales y directivos en la compañía, hasta su nombramiento en 2009 como presidente de IBM para España, Portugal, Grecia e Israel.

Con su entrada en la Real Academia de Ingeniería esta institución da un paso más en su objetivo de contar con destacados profesionales de la ingeniería que desempeñan su cometido en el sector empresarial e industrial. Desde su creación, la RAI viene posicionándose a la vanguardia de los avances tecnológicos, fomentando la cultura de la innovación e impulsando la conexión entre empresas y universidades. “Conectar el sector privado con la producción científica es uno de los objetivos de la Real Academia de Ingeniería. El tejido industrial y tecnológico en el que se desenvuelven muchos de los más de 200.000 ingenieros españoles es de vital importancia para el desarrollo económico de nuestro país, en paralelo y coordinadamente con las universidades y los centros de investigación”, ha manifestado el Presidente de la Academia, Elías Fereres.

Los 60 académicos de la RAI figuran entre las más notables personalidades de la ingeniería española, entre cuyas funciones está la de aconsejar y orientar en materia tecnológica a las diversas administraciones. Este es el contexto en el que se produce el ingreso de Juan Antonio Zufiría. El profesor Fereres, le ha dado la bienvenida y se congratula por ello, máxime cuando IBM acaba de cumplir 100 años como líder en innovación tecnológica.

El discurso de ingreso de Juan Antonio Zufiria se ha titulado “La supercomputación: ampliando el ámbito de lo posible. Un paradigma de los nuevos espacios de la ingeniería al servicio del progreso”. El Presidente de IBM España ha centrado su exposición en la creciente intersección entre las tecnologías de la información y los procesos económicos y sociales. Concretamente, ha explicado cómo la supercomputación ha expandido su ámbito de actuación, que inicialmente se ceñía a la investigación científica y la ingeniería, para pasar a ser un “instrumento al servicio de la transformación de los procesos sociales y económicos”.  En este sentido, el Presidente de IBM aludió al ranking Top 500 de superordenadores de 2010, que desvela que el 60% de los 500 mayores superordenadores del mundo está siendo utilizado por empresas. Según el nuevo académico de la RAI, nuestro mundo está cada vez más instrumentalizado (hay 1.000 millones de transistores por habitante del planeta), interconectado (actualmente, 2.000 millones de personas están conectadas a Internet) e inteligente. Todo este potencial tecnológico genera un flujo permanente y masivo de datos que “los sistemas de información actuales están preparados para procesar, analizar y extraer conclusiones en tiempo real”. “La capacidad de reducir el tiempo entre el dato y su análisis para convertirlo en conocimiento y poder tomar decisiones más eficaces rápidamente es una característica determinante del nuevo modelo tecnológico”. “Se trata de la nueva gran capa de valor de las infraestructuras tecnológicas de nuestro tiempo”, ha añadido.

Según Juan A. Zufiria, el salto cualitativo que han dado los sistemas de información al incorporar las capacidades analíticas es que, a partir de éstas, nos ayudan a comprender con más profundidad, identificar más rápidamente y subsanar las ineficiencias que nos rodean. Esto es “la clave que nos permite añadir un mayor nivel de inteligencia a los procesos sociales y económicos”. El presidente de IBM mencionó varios ejemplos de esto:

  • La evolución de una red eléctrica analógica a una red eléctrica inteligente: la incorporación de contadores digitales y tecnologías analíticas a la red eléctrica está ayudando a que, por un lado, los consumidores sepan en tiempo real cuál es su consumo de electricidad y tomen decisiones al respecto y, por otro, a que las empresas gestionen más eficientemente la red eléctrica. Actualmente, IBM está construyendo una red de estas características en Malta.
  • La reducción del riesgo en el sistema financiero: la supercomputación permite calcular la exposición al riesgo de las operaciones de una entidad financiera en tiempo real. El Bank of America utiliza esta tecnología  para hacer las modelizaciones necesarias para calcular, en tiempo real, el riesgo de las operaciones y el chequeo de los límites de crédito de una entidad determinada.
  • La predicción de inundaciones: mediante el uso de software analítico avanzado y computación de alto rendimiento, ya es posible –como ocurre en Rio de Janeiro- predecir, con horas de antelación y exactitud, la llegada de lluvias y su potencial impacto en cada kilómetro cuadrado de la ciudad.
  • La comprensión del lenguaje natural de las personas por parte de los ordenadores: el superordenador Watson creado por IBM es el primer ordenador capaz de comprender el lenguaje natural de las personas, con todos sus matices.

Según el presidente de IBM y académico de la RAI, el modelo de infraestructuras tecnológicas seguirá evolucionando para mejorar su capacidad en tres áreas clave: gestión de volúmenes masivos de datos, poderosas capacidades analíticas y velocidad extrema. En este sentido, destacó que en el 2008 IBM construyó el primer ordenador con una capacidad de cálculo de petaflop (1015 operaciones por segundo) y que en 2018 está previsto alcanzar el exaflop (1018 operaciones por segundo), lo que supondría multiplicar por mil la potencia de los sistemas más avanzados.

Esta futura generación de superordenadores será capaz de generar “mejoras evolutivas y disruptivas”. A modo de ejemplo, el presidente de IBM destacó que estos superordenadores exaescala podrían estudiar el cerebro en su conjunto, realizar simulaciones computacionales de la dinámica de fluidos de un avión completo, e incluso llegar a descifrar el plegamiento de las proteínas. 

 

 

Nueva ciencia de los servicios

Juan A. Zufiria ha destacado la necesidad de crear una “nueva disciplina que, con el nombre de ingeniería o ciencia de los servicios, de una mejor respuesta formativa a la nueva realidad tecnológica, económica y social”. El presidente de IBM ha explicado que si las tecnologías de la información están cada vez más vinculadas al conjunto de procesos sociales y económicos y la mayor parte de la actividad de estos es la prestación de servicios, es necesario un nuevo enfoque disciplinar que obtenga en el área de los servicios “unos niveles de sistematización, mejora, innovación y gestión estructurada similares a los que se consiguieron hace décadas en el ámbito de los procesos industriales”.

Juan A. Zufiria señaló que en la actualidad ya hay más de 450 universidades en todo el mundo que ofrecen ya algún tipo de programa académico centrado en la ingeniería de los servicios, que son “el corazón de la economía del conocimiento hacia la que avanzamos”.