Introducción

Hoy en día, estamos en el auge del movimiento de la llamada inteligencia de negocio o Business Intelligence (BI). Casi todas las organizaciones se esfuerzan por crear y mejorar sus procesos y sistemas de toma de decisión. Una gran cantidad de nuevos proyectos de BI aparecen constantemente, pero la experiencia global en los últimos años no es tan buena. Algo por lo general va mal en la ejecución de proyectos de BI, ya que la mayoría de proyectos de BI (85%) no pudo lograr sus objetivos [1].

La disciplina de Business Intelligence es todavía un área muy joven [2]. Hemos encontrado trece enfoques metodológicos diferentes para administrar un proyecto de BI, y la mayoría de ellos se han definido en los últimos 10 años. Pero, ¿cuáles son las razones de esta tasa tan alta de fracasos frente a la gran cantidad de alternativas metodológicas? 

De hecho, podríamos decir que la gran diversidad y heterogeneidad de enfoques metodológicos para proyectos BI muestra la inmadurez que todavía existe en este ámbito. Por lo tanto, elegir una metodología de BI no es una tarea fácil. J. Thomann y D.L. Wells [16] afirman que cada proyecto de BI y cada organización debe escoger la metodología específica que mejor se adapte a la organización y características del proyecto para tener más posibilidades de éxito.